Con motivo de las distintas actuaciones que desarrolla el SEPRONA de la Guardia Civil de Sevilla, en colaboración directa con los Inspectores de Pesca de la Agencia de Gestión Agraria y Pesquera de Andalucía AGAPA, para el cumplimiento de la normativa sobre calidad alimentaria, enfocadas a evitar la comercialización de productos procedentes de la pesca que no cuenten con las medidas higiénico-sanitarias legales, se ha detectado la comercialización de 44 kilogramos de coquinas contaminadas con biotoxinas, entre las localidades de Écija, Carmona, La Algaba, Utrera, Cantillana, Bormujos, Coria del Río y San José de la Rinconada en la provincia de Sevilla y en las localidades de Villamartín y Ubrique, situadas en la provincia de Cádiz.
Las investigaciones partieron de una inspección llevada a cabo en una pescadería de la plaza de abastos de la localidad Sevillana de Coria del Río, por informaciones que se recibieron de posibles capturas que se podrían estar llevando a cabo por mariscadores autorizados en zonas de producción de moluscos bivalvos cerradas o próximas a cerrar por razones sanitarias.
Ante la gravedad del asunto, y tras tomar las muestras pertinentes, se analizaron los bivalvos y arrojaron como resultado la presencia de biotoxinas en cantidad muy superior de los niveles permitidos.
Tras las investigaciones realizadas, y siempre dentro de las actuaciones encaminadas a la salvaguarda de la salud pública, se constata que los mariscadores que realizaron la captura en la zonas cerradas por razones sanitarias, el responsable del Centro de Expedición y Depuración que las recepciona, el mayorista que las recibe y expende a los minoristas, y por último, los pescaderos como último eslabón en la cadena de distribución al consumidor final, habrían participado en mayor o menor medida como presuntos autores en la comisión de un supuesto delito contra la Salud Pública, consistente en la captura y ulterior comercialización de coquinas –Donax trunculus- con alto contenido en toxinas.
Las biotoxinas pueden encontrarse sobre todo en moluscos bivalvos, que se alimentan por filtración (coquinas, vieiras, mejillones, almejas), aunque también en peces y en crustáceos, y produce la llamada “intoxicación amnésica”, actuando sobre el sistema nervioso central y produciendo daños que pueden ser severos y permanentes.