Las casas que hunden sus cimientos bajo el mar son hoy en día algo insólito, pero el imparable aumento de la población mundial, que para 2050 superará los 9,6 mil millones de personas, bien podría convertirlas en viviendas de lo más habituales.
Colonizar las aguas para levantar ciudades no es una idea nueva. De hecho, la primera urbe submarina está ya planeada al detalle y se construirá en Japón en apenas dos décadas.
Si todo marcha según lo previsto, para 2035 el país nipón será el primero en tener una ciudad submarina, y en ella se prevé que puedan vivir en torno a 5.000 personas. Y, por ejemplo, Foating City, una isla flotante en la que poder residir, que tendrá un sistema de autoabastecimiento y ocupará de cuatro a diez kilómetros cuadrados, comenzará a construirse este mismo año en China.
Mientras estos colosales proyectos avanzan, los proyectos de construcción de casas acuáticas, ya sean flotantes o con sus primeros pisos sumergidos, no cesan de multiplicarse y también de sorprendernos.
Las primeras son proyectos antiguos. Básicamente, en este grupo entra cualquier vivienda que se levanta sobre tierra que no sea firme. Lógicamente, pueden flotar, literalmente, pero también levantarse sobre una estructura fijada de madera u hormigón sobre el fondo de un río, agua dulce o incluso el mar, obviamente en zonas costeras poco profundas.
Las casas semi sumergidas, por contra, son proyectos innovadores, con un aire futurista, reservado solo a unos pocos privilegiados. Con el tiempo, su necesidad podría hacerlas más accesibles e incluso popularizarlas mucho antes de lo que imaginamos.
La tecnología necesaria para poder resistir la presión que ejercen millones de litros de agua está disponible, similar a la que se emplea para que los acuarios gigantes aguanten, y todo apunta a que cada vez será más asequible.
Por lo pronto, los proyectos se limitan a simples cajas de acero con ventanas, como el que se ha construido para un restaurante ubicado frente a la costa de Vancouver, hasta habitaciones para un hotel de gran lujo en Fiji o las villas submarinas de Dubai, que estarán listas para el 2016, en las que vemos dormitorios sumergidos en el océano para que podamos dormir con los peces.
Villas parcialmente sumergidas
Dormir con los peces, darnos un baño de espuma rodeados de fauna marina en su planta sumergida… Las posibilidades son tantas como nos dicte la imaginación. O, por supuesto, dar dos pasos más allá del comedor, situado en la planta a nivel del mar, y lanzarnos de cabeza a las profundidades marinas.
Así son estas increíbles casas que permiten vivir bajo el mar de forma parcial, concretamente cuando descendemos a la planta sumergida, donde se encuentra el dormitorio.
Todo parece muy idílico en las imágenes, pero también hay que considerar lo complicado que puede llegar a ser vivir rodeados de agua. Sin duda, los materiales también deben seleccionarse de forma muy especial y habrá que tener en cuenta posibles problemas de salud.
Por lo demás, el complejo de un total de 42 villas flotantes despierta la admiración del mundo. Bautizado como The Floating Seahorse (El Caballito de Mar Flotante), su destino es ser viviendas de lujo extremo para millonarios privilegiados.
Eso sí, en un intento de beneficiar también al medio ambiente y, cómo no, a su vez para dar vidilla a los alrededores, se crearán arrecifes artificiales que acogerán a animales en peligro de extinción, como tortugas o, haciendo honor a su nombre, el caballito de mar.
Casas flotantes solidarias
El segundo de los ejemplos tiene que ver con otro tipo de lujo, el que sienten que tienen las personas sin techo cuando encuentran un hogar. En esta ocasión, es un hogar flotante, que todavía es un sueño.
Eso sí, un sueño que aspira a hacerse realidad. Son un total de 7.500 viviendas diseñadas para que puedan venderse a precios muy asequibles con el fin de ayudar a combatir los problemas de vivienda de Londres.
Baca Arquitectos y Floating Homes Ltd han diseñado este proyecto, que ahora está entre los finalistas del concurso New Ideas for Housing. Si el plan se desarrolla, serán casas prefabricadas flotantes que ocuparán zonas acuáticas que ahora están infrautilizadas. Por lo tanto, se ubicarían en lugares ahora en desuso, a lo largo de 50 millas de vías navegables en Londres.
Un proyecto que se enmarca en una iniciativa más amplia, que contempla la construcción de muelles y puertos deportivos en un espacio de 150 hectáreas, bautizado como “Bluefield”.
El diseño se ha orientado a sacar partido a áreas normalmente no utilizadas por su riesgo en caso de inundaciones. De este modo, estas Anphibious House, nombre con el que se las conoce, serían viviendas seguras y perfectamente acondicionadas para residir en Londres sin tener que sufrir unos precios inaccesibles para muchas personas. Su propuesta puede ser una vía de salida para las zonas difíciles de urbanizar y, finalmente, infrautilizadas.
Tanto uno como otro proyecto apuesta por las casas acuáticas como lugar de residencia. Al margen de la orientación a personas de mayor o menor poder adquisitivo, ambas propuestas suponen una solución a la cada vez más acuciante falta de espacio. En el futuro este tipo de arquitectura y sus soluciones creativas muy probablemente serán más que necesarias para la viabilidad de la civilización humana. Abordar problemas de falta de espacio tendrá mucho que ver no solo con la sobrepoblación, sino también con los desaguisados que vaya provocando el cambio climático: grandes migraciones que concentrarán la población en determinadas áreas y, entre otros, los temibles eventos extremos…
fuente ecologiaverde