El hombre pescó durante mucho tiempo en aguas superficiales, pero el agotamiento de los recursos llevó a la industria a alcanzar profundidades de hasta 2.000 metros.
Los buques-usina utilizados miden hasta 240 metros de largo contra 20 a 30 metros para un pesquero tradicional, y pueden llevar hasta 14.000 toneladas de pescado.
Las redes, con placas de metal, surcan el fondo del mar y pueden atrapar, en 20 minutos, 60 toneladas de pescado.
Los científicos están en alerta: tras 20 años de pesca en aguas profundas, los recursos se agotan drásticamente.
La vida en el fondo del mar tiene un ritmo diferente al de la superficie: los peces tienen una esperanza de vida mayor, un crecimiento lento y una madurez sexual muy tardía.
El hoplostethus naranja por ejemplo, apreciado por su sabor suave, se vuelve maduro en 30 años y puede vivir hasta 140 años.
El atún rojo, que vive entre la superficie y 900 metros de profundidad, es maduro en cuatro años y puede vivir entre 15 y 30 años.
Los ecologistas comparan la captura en aguas profundas con la explotación minera; hace estragos donde se realice.
fuente diariocorreo