Empieza la semana, el lunes los segundos, minutos, horas pasan tan despacio que parece no acabar nunca, trabajo, oficina, deseando que termine enseguida el día.
Cada pocas horas revisando el tiempo para el fin de semana, calculando mentalmente donde podrá estar bien para aprovechar el sabado.
Así siguen el resto de los días, muy lentamente se va acercando el fin de semana.
Viernes noche, hora de dormir, todo preparado para el día siguiente, al fin! es el día, toca salir a practicar el deporte que tanto me gusta, la pesca submarina.
En la cama, la alarma es lo principal, hay que madrugar para aprovechar bien el día, a las 5:30h, buena hora para llegar al sitio elegido y al agua con la salida del sol,todo listo, a dormir.
Un momento, voy a revisar la alarma por si me he equivocado, así hasta 3 veces, no vaya a ser que le haya dado a un botón que no sea y se deshabilite.
Ahora si, a dormir, o almenos intentarlo, repasando mentalmente piedra a piedra donde hay que ir a visitar dentro de unas horas, me altero, no puedo dormir, con lo cansado que estaba!
Al fin, me duermo y en pocas horas suena el despertador, dormido, si, pero feliz…llegó la hora tan esperada durante toda la semana.
Cargando el coche, repasando una y otra vez todo el material para que no se olvide nada, no vaya a ser que perdamos tiempo o tengamos que anular la salida, y de camino al lugar elegido.
El encuentro, los compañeros van llegando, a vestirse toca, haga frio o calor, no hay problema, en ese momento no hay nada más que el mar y la buena compañía.
Al fin! ya era hora! siento la ingravidez, en remojo, me siento bien, es mi momento.
Ahora toca nadar, visitar la zona y admirar un paisaje en el que desearías fundirte y ser un pez más.
Muchas veces el mar solo deja que se le admire, pocas veces deja que te puedas llevar algo que le pertenece, pocas veces…
Nadando, sumergiendome, soy feliz, se han borrado todos los problemas, en el rato que estoy con mi mar me hace olvidar de todo, me siento durante pocos segundos como un pez más sumergido y nadando.
Al cabo de un rato se vislumbra un pez de talla y se despierta un instinto en mi, voy hacia él lo más sigilosamente posible, deseando que no se vaya como pasa siempre.
Es mi momento, toda la semana esperando este segundo, el corazón a mil, solo hay una oportunidad, un disparo y poco alcance, máximo 4 metros, el pez escapa, como puede ser? Pues si, como siempre, vuelvo a la superficie a la realidad, a recuperarse y seguir nadando.
Pasan las horas, sin ver un pez de talla, muchos superan la talla mínima exigida por la ley, pero los encuentro pequeños, busco uno, me basta!
Y, de repente, veo como a lo lejos una silueta se va acercando, cojo aire y me sumerjo, me escondo, sigue viniendo hacia mi!
Increible! este no se espanta, viene directo hacia mi, es una sensación de fascinación y a la vez incredulidad, el pez, atraido por el pescador, por mi! se acerca…
Buf! pasan los segundos muy rápidos, noto que me falta el aire, decido ascender a superficie, el pez ya se ha ido.
Sigo nadando, veo otra silueta pasar por mi lado, demasiado lejos y demasiado rápido, ni pensarlo, no hay que herir al pez, seguro que otro día lo vuelvo a ver y tal vez quiera venir a verme más cerca y si estoy preparado pueda dispararle y puede, solo si es el momento justo consiga cogerlo.
Está terminando la mañana, con ello la salida de pesca, media vuelta y regreso a la orilla, a ver si a la vuelta….
Así es, pocos minutos antes de salir, se acerca un pez, ese pez tan deseado durante toda la semana, mes, año…tantos sueños que en pocos segundos se pueden hacer reales…
Un disparo, sabré si es mio enseguida, si! esta vez sí! exausto decido salir del agua, ha merecido la pena esperar toda la semana para ir a pescar, y encima con un regalo que me ha dado el mar.
Sabes que ese pez que no se acercó lo soñarás y repasarás mentalmente durante muchísimo tiempo, y esta vez, esta vez si, se lleva a casa un regalo del mar.
Revives con intensidad toda la salida de pesca con los compañeros, no dejas detalle, es muy importante para mi…
Llegar a casa, descargar, subir el pescado a casa y que te espere tu familia, basta que te vean la cara para saber que has salido de pesca, toca enjuagar todo el material, limpiar el pescado y dejarlo listo para dentro de una semana, no puede fallar nada!
Tengo un hijo, tiene 2 añitos, enseguida que vuelvo a casa de pescar me pide ver el pez grande, la mayoría de las veces no puedo enseñarselo porque no he cogido nada, pero otras veces como hoy si puedo, se el dibuja una sonrisa en la cara, y le hago esta pregunta: “cuando seas mayor, quieres venir con el papi a pescar?”, me contesta:” si papi! un pez grandeeee!”
Me termina de hacer feliz el día más de lo que era, se convierte en un día perfecto.
Esta noche toca cenar pescado, un día de pesca termina con una fiesta por todo lo alto, un lujo comer un pescado capturado por uno mismo.
Ya terminó el día, y ya estoy deseando vuelva a ser sábado de nuevo!
Esperemos que esta semana pase más rápido que la pasada!
Soy pescador submarino, y esta es mi pasión!

Gran relato amigo!! Por unos minutos haces creer que estamos en el agua. Así es la rutina del pescasub, un abrazo para ti y tu familia y espero que algún día puedas compartir jornada con tu hijo. Seguro que es incomparable la sensacion!