Es difícil saber cuánto exactamente, pero se estima que al año se tiran al Mediterráneo unas 230.000 toneladas de pesca descartada o inservible.
Para evitar este derroche, la Unión Europea va a imponer en 2019 el Descarte Cero. Con esta normativa se pretende que los pescadores, grandes y pequeños, tengan la obligación de llevar a puerto toda la captura que hagan, en lugar de devolver al mar todo lo que consideran que no tiene salida comercial, o porque están dañados, y lo único que hacen es ocupar espacio en la bodega del barco. Es lo que se conoce como descarte.
Sólo en pesca de arrastre se calcula que entre el 15 % y el 65 % de las capturas son devueltas al mar. En el global de las pesquerías se considera que el 18 % de lo capturado es descartado.
La norma afecta a toda la flota pesquera de la Región: Cartagena, San Pedro del Pinatar, Mazarrón y Águilas.
El director general de Agricultura, Ganadería, Pesca y Acuicultura, Francisco José González Zapater, explica que este nuevo reglamento europeo obliga a los pescadores a utilizar unas artes de pesca más selectivas con las capturas por lo que las redes tendrán que ser más compactas para evitar que se les cuelen pescados de tallas pequeñas.
«Es una medida medioambiental, para recuperar la biomasa marina, pero también económica, porque va a permitir que las capturas que no interesaban y se tiraban al mar puedan utilizarse en los mercados, tanto en fresco, como procesados», indica el director general.
El problema de qué hacer con el descarte cuando llega al puerto, si no lo quiere nadie para consumo, se ha resuelto derivándolo a la industria de las harinas, piensos para pescados (que tendrían salida en el sector de la acuicultura) o aceites; también podrían derivarse a la industria cosmética y a la farmacéutica.
Pero como en toda regla, hay excepciones y la Unión Europea ha previsto unas cuantas: pueden devolverse al mar aquellos peces que sin tener talla mínima han sido pescados, pero nunca superar el 5 por ciento del total de la captura admisibles y que sean difícil de separar del resto de la pesquería.
También se permitirá que regresen al mar especies fácilmente recuperables y con una tasa de supervivencia alta; en caso de especies protegidas; o un porcentaje menor sin justificar.
Los organismos marinos de especies no sujetas a la obligación de desembarque establecida en el Reglamento que no alcancen la talla mínima reglamentaria no podrán ser mantenidos a bordo ni ser transbordados, desembarcados, transportados, almacenados, vendidos ni expuestos o puestos a la venta, sino que deberán ser devueltos al mar inmediatamente.
La directiva afecta a todo tipo de artes, como el arrastre, el cerco y en malla (artes fijas). Y todas las especies afectadas están incluidas en un anexo del nuevo reglamento. «La filosofía de la orden es que haya una pesca más sostenible y limpia», apunta el director general.
Los estados miembros también tienen tareas que hacer con las especies desembarcadas . La Unión Europea obliga a los Estados miembros a tomar medidas para facilitar su almacenamiento o para la búsqueda de salidas comerciales, como la ayuda a las inversiones para la construcción y adaptación de los lugares de desembarque y los fondeaderos, o las ayudas a las inversiones para añadir valor a los productos de la pesca.
González Zapater considera que aunque en un principio podría pensarse que estas medidas sólo van a acarrear gastos extra para los pescadores, a la larga puede convertirse en beneficios económicos. Además, apunta que si las artes están preparadas, «prácticamente se consigue» el objetivo en el caso de las tallas mínimas.
Aunque el reglamento aún no lleva ninguna medida de apoyo económico para el sector, no se descarta que se pongan en marcha algún tipo de medidas compensatorias.
Rescate para los fogones
Ya hay iniciativas en nuestro país, como la del Oceanográfico de Valencia, que ha editado un poster con el que pretende dar a conocer aquellas especies del Mediterráneo que llegan en buen estado al puerto y que son comestibles, pero que no son habituales en las pescaderías.
Son especies que han formado parte de la cocina tradicional mediterránea y que se diluyen entre la gran oferta de los productos ‘estrella’. Ahora el consumidor podrá adquirirlas en un futuro.
También las especies conocidas como ´morralla´ son utilizadas para la elaboración de productos procesados, como los caldos.
fuente https://www.laopiniondemurcia.es/comunidad/2018/11/11/peces-descartan/970966.html