Tengo que confesar que no soy pescador ni profesional ni aficionado ni furtivo ni nada que se le parezca. Soy simplemente un adicto al pescado en la buena mesa y de ahí que cualquier tema que afecte a este producto me interesa. Para algunos el pescado es el núcleo de su economía (ya sean profesionales de la pesca o de la restauración en lugares como Formentera). Para otros es un divertimento con final de suculento manjar (siempre que piquen). No hace tanto (unos días) se aprobó un reglamento que limita (vamos, prohíbe directamente) la pesca de cualquier especie a los aficionados en la zona de es Caló de San Agustín. Pues la medida (no entraré en su idoneidad) ha levantado ampollas entre personas de solvencia conocida tanto en este ‘principado’ de la Mola (a es Caló me refiero) como en otras zonas de la isla. Para unos, es insuficiente ya que si se trata de regenerar las especies (hoy amenazadas, según la Cofradía de pescadores) que se prohíban también las capturas a profesionales. Para otros es una tomadura de pelo en cuanto se intenta acabar con artes de pesca tradicionales. Santi Costa Escandell (de los más ‘cabreados’) argumenta que con esta medida se acaba con la pesca dels sarcs de canya. Todo un arte extendido en Formentera y que se traspasa de padres a hijos. Bien es cierto que el mar necesita una regeneración periódica, si queremos seguir pescando en un futuro. Nadie lo duda. Pero ¿realmente son efectivas estas medidas coercitivas contra unos ‘pocos o muchos’ aficionados?
Seguramente la Cofradía tendrá un estudio en el que demuestra (con datos en la mano) que solo prohibiendo la pesca en esta zona a los aficionados se va a conseguir el efecto que persigue. Pues que lo exponga, porque de lo contrario algunos amenazan con ‘echarse al monte’, bueno, a la mar, y burlar en lo que se pueda la vigilancia de lo ‘oficial’. Mucho me temo que además de la lancha en cuestión (la vimos en la foto) se puedan utilizar los drones ‘chivatos’ para identificar a los vulneradores de la normativa, que todo parece indicar ‘amenazan’ la supervivencia del gall de Sant Pere, entre otros. No sé qué va a pasar en un futuro, si algo consustancial con una isla, como es la afición a la pesca puede ser extinguido vía normativa o hecha la ley… algunos se buscan la vida por el lado oscuro de las normas.
fuente https://www.diariodeibiza.es/opinion/2018/11/28/pescador-pescado/1031222.html